Con el objetivo de entregar herramientas para que los adolescentes aprendan a expresarse a través del arte y la música, además de potenciar las capacidades creativas e innovadores y favorecer procesos que promuevan un mayor autoestima, el CIP-CRC de Antofagasta, administrado por el Servicio Nacional de Menores, impartió clases de freestyle y música urbana en las seis casas del centro. El tallerista a cargo de las clases fue Patricio Rojas, productor y freestyler antofagastino profesional, conocido en el rubro de la música como Hendoka.
El taller que duró desde febrero hasta julio del presente año y se dividió en dos partes, incluyó en primera instancia sesiones para practicar improvisación como también para escribir canciones. “Desde un principio se mostraron motivados porque el primer trabajo se hizo dentro de las casas y todos pudimos escribir canciones e improvisar en conjunto. Poníamos un parlante con la pista y los chicos se ayudaban entre ellos”, recordó Patricio.
A su vez, recalcó la importancia del trabajo en equipo mientras realizaban el taller. “Fuera del horario del taller también escribían canciones, en las noches antes de dormir o durante las tardes. Demostraron harto trabajo en equipo porque los que sabían escribir ayudaban a los que nunca habían escrito un tema”, comentó el freestyler.
Después que las canciones fueran creadas y corregidas, comenzó el proceso de grabación, donde Patricio Rojas enseñó a los jóvenes distintas técnicas de respiración y postura frente al micrófono, para así terminar con la mezcla y masterización de los productos musicales. 30 canciones fueron grabadas en el marco de este taller, que abarcan distintos estilos del género urbano como el rap, trap, dembow y reggaetón, además de tratar temas como las vivencias de los chicos, dedicaciones a familiares e historias de redención personal.
La música como herramienta de reinserción social
Una de las cosas que le llamó la atención a Patricio, fue la alta convocatoria y motivación que generó el taller en los adolescentes. “Había chicos que tenían la mitad del cuaderno lleno de sus letras. Muchas veces yo me quedaba un tiempo más del que me correspondía, para terminar alguna canción cuando estaban grabando porque los veía muy inspirados”, mencionó Rojas.
Asimismo, el monitor se refirió a lo significativo que es este tipo de instancias culturales para los jóvenes que infringieron la ley. “La música era un desahogo, cuando salíamos de las casas al estudio, los chicos salían del encierro de su rutina diaria. Gracias a esto, ellos están capacitados para componer sus propias canciones e interpretarlas de manera correcta en el futuro”, señaló.
La digitalización de la música y la accesibilidad que entregan las plataformas, ha ayudado a que sea más fácil surgir y vivir de ella, por esta razón Patricio alentó a los chicos durante el proceso del taller para que siguieran esforzándose por cumplir sus sueños.
El fin del proyecto
Este 27 de julio los menores del CIP-CRC presentaron junto a Patricio el cierre del taller de música urbana y freestyle. Esta actividad incluyó la participación de la directora del centro, Bianca Matamoros, además del jefe técnico, la coordinadora formativa, la terapeuta ocupacional y el resto de los compañeros de quienes participaron, pues la ceremonia culminó con la exposición de la música creada.
Respecto a la finalización del taller, según Rojas, los adolescentes aseguraron sentirse tristes puesto que esperaban que esta actividad continuara. “Muchos tenían varias canciones escritas que no alcanzamos a grabar. Otros habían ingresado hace poco y tampoco alcanzaron. Les dije que, no porque yo me fuera debían dejar de expresarse a través de la música”, indicó Patricio, quien también comentó que sólo tenían una hora por casa a la semana para desarrollar las clases.
Por su parte, el tallerista comentó que si fuera por él, seguiría impartiendo este taller y que es lamentable no ver más a los jóvenes. “Tuvimos una relación cercana porque a los chicos y a mí nos llamaba la atención la música, entonces nos juntamos por ese objetivo. La afinidad se dio porque siempre fui persona con ellos. La gente no sabe el trasfondo que hay en cada historia”, recalcó.
La pasión por la música fue de gran importancia para desarrollar con éxito este tipo de actividades creativas, es por esto que ahora los jóvenes están a la espera de saber si es que existirá una nueva versión del Taller de Freestyle y Música Urbana impartido por Patricio, para así persistir expresando sus emociones y vivencias a través de las letras.