Como una muestra de fortaleza y unidad de acción en los trabajadores, calificó el Sindicato de Trabajadores de Minera Escondida el fracaso de un sector disidente de formar una organización sindical de trabajadores paralela.

Patricio Tapia, presidente del sindicato -organización que deberá enfrentar próximamente una nueva negociación colectiva-, señaló que “los trabajadores han dado una señal de unidad innegable. Ellos han ratificado la senda de dignidad y defensa firme de nuestros derechos”.

Refiriéndose al desenlace de la iniciativa, expresó que “se evidencia la derrota de una operación comunicacional que deliberadamente buscó desacreditar las decisiones democráticas que hemos tomado, pero que nunca contó con el apoyo de los trabajadores. Según la información que hemos recibido, el número de personas que se inscribió en el otro sindicato alcanzó a 33 trabajadores, un poco más del 1% de nuestros socios”.

Tapia señaló que “este número insignificante se obtuvo pese a las múltiples facilidades que recibieron desde la Empresa. Los trabajadores estuvieron claros que sería la Compañía la que saldría beneficiada con la división. Eso habla de un nivel de madurez que hemos alcanzado como organización y nos permite asumir con más fuerza que nunca los desafíos que vendrán.”

Sobre la suerte de los participantes de esta iniciativa, informó que “la falta de consecuencia de algunos de sus impulsores es absoluta. Así por ejemplo Pedro Marín lideró la iniciativa, haciendo que algunos socios renunciaran al sindicato, dejándolos en tierra de nadie, pero él mismo no lo hizo, seguramente sabiendo que no tenía ninguna posibilidad. Eso demuestra que lo único que quiso fue desacreditar nuestra gestión con acusaciones falsas, en interés de la Empresa”.

Sobre la próxima negociación colectiva, señaló que “desde hace un tiempo venimos preparándonos para estar en la mejor condición. La derrota de este sindicato paralelo sin duda que es un elemento que influye en el escenario, sumado a la vigencia de la reforma laboral, el precio de cobre y el incremento en la producción de Escondida, que se proyecta para 1.260.000 toneladas de cobre”. Concluyó diciendo que “nuestras decisiones estratégicas se han visto respaldadas por los hechos”.