Un proyecto digno de imitar es el que llevan 12 familias del sector poniente de Calama, quienes crearon viveros con material reciclado, buscando crear un espacio de cultivo para plantas medicinales y plantas de consumo diario, además de contribuir a la reforestación, compostaje y protección frente a las condiciones climáticas adversas que afectan la ciudad.
La iniciativa que hoy desempeña la Asociación Indígena Ecologista Hijos del Loa, se concretó a través del Fondo Ambiental de Minera El Abra, que permitió la compra de insumos como tierra, semillas, plantas, abono, bombas solares para riego por goteo y la adquisición de 9 estanques para almacenamiento de agua.
Sandra Huaca, descendiente de Toconce y presidenta de la asociación, destacó que en el sector quieren volcar los conocimientos ancestrales. “La idea es juntarnos y unir nuestras vivencias. Cada uno tiene a sus padres y nos enseñaron el tema de la agricultura, de nuestras tradiciones y costumbre y queremos hacer vivir este lugar. Comenzamos con la arborización con 720 árboles, algarrobos, pimientos, chañares y estamos haciendo patria“.
Los y las beneficiadas, con ascendencia en las comunidades de Alto El Loa de Toconce, Caspana, Río Grande y Ollagüe, entre otras, han avanzado en la construcción de los viveros, usando principalmente pallets, acorde al diseño ecológico que quieren imprimir en el desarrollo de las actividades agrícolas.
A su vez, Ana Cruz Varas, una de las socias, confecciona un vivero de botellas recicladas, barro y ramas secas. “Este será mi aporte para Calama. A mí el reciclaje me encanta, yo tejo con reciclaje, hice mi casa con reciclaje y actualmente estoy trabajando con botellas recicladas en mi invernadero, pues hay mucha basura en Calama“.
Finalmente, Jacqueline Ayavire, secretaria de la asociación destacó el valor del reciclaje, asegurando que “tenemos muchos sueños, proyectos, pero nos ha costado buscar los recursos, aunque uno de los fines es usar el reciclaje y a través de los residuos que van quedando, vamos creando y ambientando nuestros terrenos para protección, porque esta es una zona árida, difícil de traer agua y es lo que más nos cuesta“, expresó.
