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Martes 3 de Diciembre del 2024 11:41

La responsabilidad de las mineras en la nueva tragedia carretera de Antofagasta

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Seis personas fallecieron este lunes tras el choque de un bus internacional y un camión. (@bubruja vía twitter)

Las rutas del Norte de Chile se han vuelto a enlutar debido al fatídico accidente ocurrido frente a Mantos Blancos. Los dardos apuntan hacia el chofer del camión, quien, según testigos, habría traspasado el eje de la calzada impactando con el bus que transportaba a turistas que regresaban a su país -Perú- desde Argentina.

Sin embargo, los dardos debiesen apuntar a otra -u otras- personas: los empresarios de la minería.

La Gran Minería, tan alabada por ciertos sectores -minoritarios en nuestro país, por cierto-, no solo cobra vidas al interior de sus faenas, sino también las cobra, y cientos de ellas, en el exterior de las mismas.

Cuánto le ha costado al Estado de Chile construir, con los impuestos que pagamos todos los chilenos, las carreteras que unen nuestras ciudades, ese asfalto de calidad por el que miles de personas transitan todos los días del año para recrearse, ir a la playa, visitar a sus familiares, conocer otros lugares del país… Y resulta que viene un grupito de señores a ocupar el patrimonio de todos los chilenos para hacer sus negocios, destruyendo de paso nuestro asfalto con sus camiones… Y las vidas y sueños de cientos de personas en cientos de accidentes provocados por su industria.

Por supuesto que ellos se lavan las manos diciéndole -y pagándole- a sus lacayos de las comunicaciones y del orden y patria que nos convenzan de que el culpable del accidente es un pobre hombre que intentaba mantener a su familia con un sueldo paupérrimo manejando su camión.

¡Y es que con tanta plata que ganan estos señores robándose nuestros recursos naturales cómo no va a ser posible que no sean capaces de construirse sus propias carreteras para hacer sus negocios! ¿O le permitiríamos a un carpintero armar su taller en mitad de la avenida?

Mientras, ellos viven en un mundo mágico con unicornios y bar en la piscina de sus casas, aislados de la realidad que debe enfrentar todos los días el resto de los mortales.

¡Qué rabia saber que entre los muertos de esta mañana había un bebé! ¡Qué culpa tenemos los ciudadanos que trabajamos todos los días para mantener a nuestras familias -obviamente, después de pagar las deudas, pues el patrimonio de esos señores primero- de que a un grupito que se cree poderoso se le ocurra hacer pasar sus camiones y sus maquinarias por donde nosotros transitamos -o transitábamos- libremente y sufrir las consecuencias de ello, que no es precisamente más puestos de trabajo y mejores sueldos, sino que es tener que lamentar cada cierto tiempo accidentes como el de hoy!

¿Y la solucion que dan nuestras autoridades? Carretera concesionada. Es decir, ahora para ejercer nuestro derecho de libertad ambulatoria tenemos que pagar. Y no pagarle a cualquiera, sino que pagarle a otro empresario que si no es el mismo dueño de la minera, será el primo, el hermano, el suegro, o su socio.

¡Y eso significa que ahora tenemos que pagarle a esos señores para arreglar la embarrada que esos mismos señores dejaron!

Y ojo, que cuando por algún motivo las victimas de los accidentes no mueren y salen ilesas o con males menores, aparecen estos señores con pompa y pirotecnia hablando de lo eficientes que son en su trabajo, limpiando así un poco de la sangre que mancha sus manos, y de paso los políticos lamebotas y amigos de ellos, pero que realmente no están “ni ahí” con el bien de los ciudadanos comunes y con las víctimas de sus accidentes, aprovechan de subir unos cuantos puntitos en sus encuestas y perfilar uno que otro rostro para hacerse campaña.

¿Pero qué dice la señora pepita cuando va la tele a preguntarle qué opina al respecto? R: “… bueno, así son las cosas… qué le vamos a hacer…”

Con esa mentalidad señora no vamos a llegar a ningún lado. Vote señora, vote. Pero no vote por los mismos desgraciados que nos tienen viviendo como estamos, por los mismos primos, sobrinos, hijos, o socios de esos señores que provocan accidentes en la carretera y que terminan con la muerte de cientos de personas cada año. Vote por quien sí esté dispuesto a mejorar sus condiciones de vida y no sea el lamebotas de los mismos de siempre… Y si ninguno la convence vaya usted y dispute ese espacio de poder, pues al final el Estado somos todos y todos tenemos derecho a vivir dignamente.

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