Creo derechamente en la capacidad que como seres humanos tenemos de razonar, expresar y sobre todo sentir. Es maravilloso darse cuenta que lo más noble de ser humano, es la humanidad misma, como concepto, como término y declaración, pero que lamentable es cuando aquello se atrofia como una verdadera plasticina, que desde un estado concreto, limpio y hasta prolijo, luego de ser manoseado se puede llegar a convertir en una verdadera barbarie, un caos y hasta una misma vergüenza.
Y es que la vida futbolera, como bien dice el famoso colega pelirrojo- que de rojo poco le queda- Pedro Carcuro: “El fútbol es la verdadera pasión del chileno”, pero ¿como se ve afectada una pasión por la discriminación?
Mas de la mitad de los chilenos- y de eso estoy seguro- paralizó sus actividades por el partido de la selección chilena, y es que no se trataba de cualquier partido, si no que era uno de los definitivos para las clasificatorias del próximo mundial que seremos testigos en el país hermano, vecino y amigo Brasil, pero , al parecer, no somos tan amigos , ni menos hermanos de los vecinos colombianos que han llegado hasta nuestra ciudad, ya que verdaderamente, quedó reflejado en nuestra Perla del Norte los hechos luego de aquel partido entre Chile y Colombia el pasado once de Octubre, donde se vio panorámicamente la gota que rebalsó el vaso que hace mucho tiempo debe haber estado llenándose.
Los actos de euforia y descontrol, incluso de emoción, pueden ser tolerantes- aunque no totalmente aceptados- luego de un desgarrador relato tras el partido, que sumándole a esto, algunas copas, o mejor dicho algunas latas de cerveza, colabora en que los sentidos se pierdan; Sin embargo, observar a una persona colombiana que está siendo agredida, brutalmente impactada , y esto lo escribo sin exagerar, por barristas chilenos, se puede llegar a concebir como un evidente síntoma xenofóbico, racial y discriminatorio, que sin duda causa una verdadera preocupación.
El panorama en nuestra ciudad se viene arrastrando desde un buen tiempo, pero lo curioso es que nadie hace nada respecto al tema y ojo, que no hablo tan solo en nuestra región, si no que a nivel nacional también hemos sido testigo de la migración de vecinos extranjeros y que la crítica abunda, pero la solución respecto al tema de quienes tienen el deber de realizarlo, se ve ausente, escasa o mejor dicho totalmente nula.
Hoy hay otros temas de interés, hoy conversamos junto a un buen puchito del video prohibido de ciertos famosos, de quien se lanzara el clavado en la piscina de la tv o, interesadamente, resolvemos el conflicto de quien animara el próximo festival viñamarino.
En nuestra ciudad, existen diversas opiniones respecto al tema, clasificando a los inmigrantes colombianos, como un foco de delincuencia, aprovechadores y hasta destructores de familias, pero ¿cual es el verdadero trasfondo? , ¿Solo se trata de alejarse de los extranjeros o de crear cultura y educar respecto a la migración?
La xenofobia como término claro significa el temor, hostilidad y rechazo al extranjero, pero ¿no será un poco arcaico, anticuado o hasta pasado de modas seguir utilizando un concepto tan vergonzoso?, que diferente sería aclarar conceptos como diversidad, interculturalidad y vida pública.
Creo ciertamente que ante el tema existen problemas, tanto internos como externos, pero sin duda, soy un romántico quizás y creo que hay formas y vías adecuadas para afrontar una realidad a la cual no podemos hacernos ni los sordos, ni ciegos ni menos los violentos, por lo que exijo un respeto a la vida, al color, a la libertad y a lo humano y como algún día escribió Lelio Marmota sobre las políticas migratorias: ”Es solo la sociedad la responsable y encargada de renunciar a las ideologías puras y simplistas de los extranjeros, para recién realizar una cohabitación de comunidades diferentes y producir de tal forma un enriquecimiento cultural”.
Creo que la responsabilidad del asunto queda claro, va en uno cambiar ese pensamiento, ese sentir de superioridad, ese rechazo al color y aquellos límites injustificables de banderas, quedándonos dos caminos por seguir: una muy buena sería apretar play para recordar la tonada de “querer al amigo cuando es forastero” o, sino simplemente estimados, tengamos listo los guantes de box para el próximo mundial que con ansias esperamos para saber ¿cuál será el próximo round?