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Viernes 26 de Abril del 2024 00:51

Covid-19: La propagación del virus de la desinformación

Desde que inició la pandemia del Covid-19, han surgido variadas teorías de conspiración y también supuestos remedios que combatirían la enfermedad. Es por esto, que las autoridades sanitarias tuvieron que salir a desmentir los mitos que han surgido tras la pandemia.

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Durante este periodo de pandemia se han compartido variadas fake news por Redes Sociales, las que han sido responsables de provocar pánico en la población y muertes debido al consumo de químicos para evitar el contagio, así como también el negacionismo de la existencia del Covid-19. Esta clase de desinformación ha sido difundida incluso por figuras públicas. Por lo que las autoridades y organizaciones sanitarias han salido a desmentir los mitos que giran en torno a esta enfermedad.

El año pasado, el diputado Florcita Motuda hizo una publicación en su cuenta de Twitter que dio mucho de qué hablar. El motivo: afirmaba que el dióxido de cloro poseía propiedades benéficas que podía combatir el coronavirus. Sin embargo, según una noticia del medio El Dínamo, en Chile unas 5 personas habrían sufrido de intoxicación tras consumir dicho producto.

Resulta que la Administración de Medicamentos y Alimentos de los EE. UU (FDA) había prohibido el consumo de productos que contengan aquel compuesto químico debido a sus propiedades
tóxicas que arriesgan la salud y vida de las personas.

El farmacéutico, Cristian Jiménez, explica que el dióxido de cloro es reactivo y demasiado tóxico al consumirse por vía oral y/o al entrar en contacto con la piel, provocando quemaduras, diarrea u otro tipo de intoxicación. Además, de afectar el sistema respiratorio cuando este se encuentra en estado gaseoso. “Me parece sumamente irresponsable que en las Redes Sociales se compartan estudios falsos que acrediten las supuestas propiedades benéficas que posee el consumo de un producto de limpieza, cuyo principal uso es para descontaminar el agua. La gente que difunde esa información también tiene un grado de responsabilidad ya que no revisan las fuentes ni tampoco hacen una investigación previa. Lo que conlleva a que posiblemente alguien contagiado con Covid-19 lea ese artículo y se muera por consumir aquel “remedio”. Entonces ¿Quién responde ante eso?”, declaró Cristian.

Este fenómeno no es nuevo, ya que hace más de 30 años cuando apareció el SIDA, se provocó una alarma social y una preocupación por parte de las autoridades que buscaban explicaciones de su origen y las formas de contagio. A pesar de esto, habían quienes negaban la existencia del SIDA como Peter Duesberg, cuyas afirmaciones provocó que los afectados por dicha enfermedad que se encontraban en tratamiento dejaran de consumir los medicamentos y posteriormente fallecieron por la falta de estos.

Jiménez concluye que: “este tipo de información falsa solo genera pánico y desesperación en la población llevando a comprar este producto por los supuestos beneficios “milagrosos”. Pero solo lleva a que la persona pueda tener complicaciones renales y respiratorias. Por lo que se recomienda seguir los canales oficiales de información como la FDA y la OMS (Organización Mundial de la Salud), siendo en Chile el Ministerio de Salud y el ISP”.

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