¿Cómo puede terminar el choque entre dos hombres armados y uno exigiendo paz? Simplemente, con el más indefenso entre rejas. Conozca la historia de una de las detenciones que no aparecieron en el informe oficial.
Uno de las imágenes que más resaltó en la manifestación en contra del gobierno en Antofagasta, fue la que protagonizó el joven Ignacio Cortés.
Además de sus cánticos contra las privatizaciones de las cuales no se escapan ni las semillas, llevó consigo hasta la Avenida Brasil un cartel con una leyenda muy simple. Un corazón.
Probablemente este joven nunca imaginó que sería ese corazón dibujado en una humilde cartulina, el “elemento delictual” que lo llevaría a pasar largos minutos encerrado en el maloliente interior de un vehículo policial.
Mientras antofagastinos de todas las edades expresaban su rechazo a los anuncios del discurso presidencial del 21 de mayo, Ignacio acercó su cartel a carabineros mientras reporteros capturaban el contraste entre dos mundos diferentes. Allí comenzó todo.
Dos efectivos policiales le ‘pidieron’ que los acompañara y sin más explicaciones, lo llevaron por las calles para hacerlo ingresar a la patrulla.
Medios de comunicación presentes siguieron este hecho y consultaron a carabineros del por qué de esta decisión. La única respuesta que entregó un oficial fue: “Control de identidad”.
Posteriormente, se supo que fueron 15 los antofagastinos que vivieron historias parecidas. Nada de ello apareció en el balance oficial del día.
El joven fue liberado minutos después y su historia refleja, en parte, el choque entre dos visiones de mundo muy diferentes que se dieron cita la mañana de este sábado.