La memoria del empresario Sebastián Piñera suele ser frágil o fácilmente acomodada a las circunstancias. Así sucedió por ejemplo durante su gobierno, cuando se negó a escuchar las demandas de los estudiantes chilenos mientras que cuando era candidato presidencial los llamó “a tomarse el país” en un video de campaña.
Años después la historia se repite y en el marco de la polémica suscitada a propósito de la querella de la Presidenta Michelle Bachelet contra revista Qué Pasa, apareció en escena nuevamente Piñera, quien sostuvo que de haber estado en una situación similar “hubiese privilegiado la libertad de prensa y de expresión”.
“Ella (Bachelet) tomó su decisión y creo que no la va a cambiar (…). Cuando yo fui presidente muchas veces se escribieron cosas falsas y daban ganar de ejercer acciones legales, pero esas ganas se me pasaban, porque siempre privilegiaba la libertad de expresión”, sostuvo el hermano del creador de las AFP a la prensa.
Allí agregó que “prefiero el ruido de una prensa libre, que el silencio de una prensa amordazada. Por eso, defender la libertad de expresión es muy importante“.
Sin embargo los hechos dicen lo contrario. En 2012, estaba siendo entrevistado por la BBC Mundo en Río de Janiero, hasta que el periodista Gerardo Lissardy pide “una última pregunta muy puntual” que no alcanzó a formular porque fue interrumpida en cámara. El video dio la vuelta al mundo confirmando lo difícil que resultaba para Piñera abordar el tema, considerando que si bien se declara opositor a la dictadura de Pinochet fue uno de sus más acérrimos defensores cuando el dictador estuvo preso en Londres, a la vez que dentro de sus adherentes existe un fuerte componente Pinochetista.