Hollywood retoma a uno de los iconos de todos los tiempos y que viene lanzando sus aullidos en la selva africana desde 1912, Tarzán, el Hombre Mono. Acá, un repaso apretado del largo periplo que ha recorrido el personaje literario de Edgard Rice Burroughs que, ahora, luchará contra la codicia humana. Claro que en versión 2016 y acorde a los tiempos ecológicos y de respeto a la fauna que vivimos.
Nunca pensó el escritor Edgar Rice Burroughs el impacto profundo que su novela tendría en el mundo de la cultura, especialmente en el ámbito del cine, donde hay decenas de versiones que han tenido como protagonista al denominado “hombre mono”. La obra fue publicada por primera vez en formato de libro en 1914 y posteriormente fue completada con secuelas por el mismo escritor debido al tremendo éxito alcanzado por el personaje en el cine, con una versión muda dirigida por Scott Sídney, de 1918, que fue protagonizada por Elmo Lincoln.
Basados en este personaje, desde esa fecha se han publicado sus aventuras en revistas, tiras cómicas (desde 1919), en 26 novelas autorizadas por el autor, en programas dramatizados de radio, en dos series de televisión como mínimo y no menos de 51 largometrajes que, incluso, ha tenido una versión erotizada y hasta una pornográfica con el actor Rocco Siffredi.
Casi un siglo más tarde, aparece una versión más. Esta vez con un despliegue de efectos visuales propios de este tiempo y poniendo el énfasis en el choque que ocurre entre la naturaleza salvaje del hombre mono y la codicia que lo rodea. Y con un Tarzán que se debe ajustar al modelo que se adecua al espíritu de esta época: no se puede concebir un protagonista que mate cocodrilos o que ataque a los otros animales salvajes. De hecho, solo se enfrenta en dos ocasiones con ellos, el resto lo hace con el peor animal: el hombre.
La versión de 2016, ‘La leyenda de Tarzán’del director David Yates, parte mostrando al personaje que, tras abandonar la jungla africana para vivir con Jane en la comodidad de su palacio en Inglaterra (no olvidemos que el es un hombre adinerado y con título nobiliario) tendrá que regresar al origen para servir al emisario comercial del Parlamento inglés. Lo que no sabe es que en verdad se trata de un plan siniestro, destinado a destruirlo, porque el capitán belga León Rom(el eternamente malo Christoph Waltz) está dispuesto a aniquilarlo y obtener así el favor de un rey tribal poseedor de diamantes al por mayor. Enterado de esta trama y para poder impedir esto, acude a lo que mejor sabe hacer: unir sus fuerzas con los animales y aliarse con estos para hacer frente a la amenaza del hombre blanco, entregando además la posibilidad a un compañero (Samuel L. Jackson) para que se luzca como la contrapartida cómica de un filme situado en el punto exacto entre la nostalgia y la renovación.
Llena de notables efectos especiales y con un reparto estelar, el filme pone una nueva nota sobre el personaje, aprovechando el indudable atractivo que éste tiene sobre los espectadores y a la vez el impacto del paisaje africano que se llena de refuerzos digitales para lucir siempre atractivo.
Así, Tarzán, una de las más famosas leyendas de aventuras de la literatura y el cine, vuelve a la vida después de más de una década sin estar presente en la pantalla grande y lo hace con inteligente olfato comercial, porque parte por una vuelta de tuerca, con un protagónico aburguesado, viviendo en la comodidad de su castillo que se ve obligado a regresar a las tierras que lo acogieron.
Con varios flashback (saltos al pasado), el director revive los orígenes de Tarzán, que cuando bebé queda huérfano tras la trágica muerte de sus padres y es recogido por una gorila que lo adopta como su hijo humano y le brinda la posibilidad de vivir y sobrevivir en la selva.
LOS DISTINTOS ROSTROS DE TARZÁN
Para recordar, la primera película de Tarzán se filmó en 1918 con el título de ‘Tarzán de los monos’, una adaptación en tiempos del cine mudo de la trama original, protagonizada por Gordon Griffith encarnando al personaje principal con cinta en la cabeza y una especie de taparrabo de piel de jaguar. Este hombre salvaje ha cambiado con el tiempo hasta llegar a estilizados y corpulentos protagonistas como el interpretado por Miles O´Keeffe en los ochenta o por este sexy Tarzán de hoy que encarna Alexander Skarsgard y que viene del mundo televisivo.
Conviene señalar también que la filmografía oficial anota a diecinueve actores que personificaron a Tarzán, (sin considerar las versiones españolas del director Manuel Caño). De todos ellos el más memorable y al que los espectadores han identificado plenamente con el personaje fue el rumano Johnny Weissmuller, quien se puso el taparrabo de cuero desde 1932 en ‘Tarzán el Hombre Mono’.
El actor Weissmuller junto a Maureen O ‘Sullivan, como Jane, fueron durante décadas la pareja clásica del cine en doce películas de Tarzán y su inseparable mascota Chita, el otro personaje básico de la serie que de gorila se ha convertido en chimpancé y luego en orangután.
Otro de los más reconocidos como el hombre mono fue Ron Ely, a través de su serie de televisión (1966-1969, dirigida por Harrman Jones) y en las últimas dos décadas –cuando el personaje decayó en popularidad- los estudios fílmicos sólo se animaron a hacer tres películas: ‘Tarzán, el Hombre Mono’ con Miles O’Keeffe y la sensual Bo Derek en 1981, ‘Greystoke: la verdadera leyenda de Tarzán’ que fue la versión más fiel a la historia original, protagonizada por Christopher Lambert en 1984 y Casper Van Dien con su Tarzán y la Ciudad Perdida de 1998. Dejamos de lado, por cierto, la versión pornográfica que protagonizó en su época de oro el actor XXX Rocco Siffredi.