El Presidente de Chile, Gabriel Boric, ha tomado una postura firme al responder a los comentarios del consejero constituyente del Partido Republicano, Luis Silva, sobre el dictador Augusto Pinochet. Silva había expresado su “admiración” por Pinochet durante una entrevista, refiriéndose a él como un “estadista”.
En referencia a los comentarios de Silva, el Presidente Boric destacó que Pinochet fue un dictador que gobernó el país entre 1973 y 1989, y que durante su régimen se cometieron graves violaciones a los derechos humanos. Boric afirmó que Pinochet no podía desconocer estos hechos atroces, los cuales manchan cualquier posible reconocimiento por lo que supuestamente hizo por Chile.
A través de su cuenta oficial en la red social, el Presidente Boric publicó: “Augusto Pinochet fue un dictador, esencialmente antidemócrata, cuyo gobierno mató, torturó, exilió e hizo desaparecer a quienes pensaban distinto. Fue también corrupto y ladrón. Cobarde hasta el final, hizo todo lo que estuvo a su alcance para evadir la justicia. Estadista jamás”.
Las declaraciones del consejero constituyente han generado rechazo y polémica en la opinión pública, ya que Pinochet sigue siendo un personaje controvertido en la historia de Chile. El Presidente Boric ha dejado claro que su posición es enérgica y que no se tolerará ninguna exaltación de un régimen que causó tanto sufrimiento y violación de los derechos fundamentales.
Este enfrentamiento de opiniones refleja la importancia de mantener viva la memoria histórica y el compromiso de respetar y proteger los derechos humanos en la sociedad chilena. El debate sobre la figura de Pinochet y su legado continúa a 50 años del Golpe de Estado, mientras el país avanza hacia un futuro en el que la democracia y la justicia sean los pilares fundamentales.