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Martes 3 de Diciembre del 2024 12:37

Representatividad en las instancias de participación estudiantil: ¿Cual es el verdadero problema?

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“Es indispensable que los estudiantes vuelvan a sentir y generar una identidad con sus carreras y espacios de opinión, pero para ello primero es necesario participar, luego avanzar en la elaboración de vínculos sociales y una nueva estructura institucional.”

Hace algún tiempo he comenzado a leer en diversos espacios de comunicación y redes sociales en general, el problema acerca de la representatividad de las instancias de participación estudiantil, desde un centro de estudiantes hasta una Federación, incluso aludiendo al mismo CONFECH.

En efecto, los espacios de participación universitaria adolecen de falencias e imperfecciones tanto en sus estructuras como en sus metodologías de trabajo, ese diagnóstico es compartido por los estudiantes que hemos sido parte de tales organizaciones y también por quienes incluso desconocen la realidad de los mismos.

Sin embargo, el problema que subyace en esa discusión no se reduce exclusivamente a la falta de representatividad propiamente tal, el cuestionamiento debe ir en conjunto a las siguientes interrogantes ¿qué motiva el problema ?, ¿Qué medidas en concreto se deben abordar para mejorar?.

Tales interrogantes se vienen elaborando hace años y las respuestas que se otorgan comienzan a variar según el contexto social y cultural que pueda tener cada persona y el momento en particular de una institución. En efecto, esta realidad se produce a mi parecer por el escaso interés que el estudiante ve en las mismas instancias de colaboración, sumado al déficit que el sistema actual ha generado, al centrar el éxito y la eficiencia como resultado de un impulso y trabajo individual, denostando la esencia e importancia de un trabajo en equipo, lo que se traduce en una falta de identidad en los procesos y toma de decisiones. El estudiante asume y observa en la actualidad que esas instancias son de carácter político partidistas y por ende lo excluye de su cotidianidad, olvidando que las mismas son fundamentales en la colaboración y desarrollo de una institución (una Universidad sin centro de estudiantes, es por decir menos, dudosa).

Extrapolando la argumentación hace un tiempo se nos confundía con discursos y frases como “la política no ayuda en nada”(denostando su valor), “ no vamos a cambiar las cosas”, “ que otros realicen las gestiones”, “ los políticos u dirigentes son los mismos de siempre”, entre otras, por lo tanto el discurso mas cómodo era simplemente excluirse del debate nacional, social y universitario, como algo absolutamente ajeno a nuestro ambiente o desarrollo académico.

La situación ha ido variando sustancialmente, con la fuerza de una nueva ciudadanía consciente de su rol en la sociedad y la importancia de su voz frente a una determinada realidad. Por ende, el trabajo hoy en día va dirigido no solamente a criticar y colocar en la palestra el déficit de los espacios de participación, sino que se debe trabajar y proponer medidas de transformación, ya sea a través del debate, presentando propuestas, proyectos, etc.

Por supuesto se asume la responsabilidad de construir un trabajo colectivo que represente realmente los intereses de la mayoría de los estudiantes y de una Universidad que aspira al crecimiento, en concordancia con lo grandes desafíos de país.

En suma , es indispensable que los estudiantes vuelvan a sentir y generar una identidad con sus carreras y espacios de opinión, pero para ello primero es necesario participar, luego avanzar en la elaboración de vínculos sociales y una nueva estructura institucional, mientras no actuemos en el debate no podremos cambiar nunca las deficiencia de representación que tienen nuestras organizaciones, que hoy mas que nunca exigen volver a canalizar los intereses de los estudiantes y no para la posición de ciertos sectores.

Esperemos que las grandes movilizaciones de este año hayan dejado una basta experiencia sobre el particular, y rinda los frutos de sumar cada día nuevos agentes de cambio.

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