Me parece bien buscar todas las alternativas posibles para desburocratizar y ser más eficientes en el gasto público y estoy de acuerdo a las rebajas de las dietas y asignaciones tal como lo expresé en ni campaña y que aún sostengo.

Sin embrago mi propuesta es aún más concreta y de fondo, se trata de  transformar nuestro poder legislativo de un sistema Bicameral a uno Unicameral. Esto significa que se pondría fin a las actuales Cámaras de Diputados y Senadores para tener solo un “Parlamento de Congresistas”, como ocurre en muchos otros países.

Hoy que la ciudadanía legítimamente exige mayor y mejor uso de los recursos, es necesario buscar medidas más drásticas y profundas. Pienso que es tiempo  de hablar en serio, si se trata de modernizar el Estado y particularmente el poder legislativo, del cuál participo.

El hecho de tener un Congreso Unicameral, no sólo permitiría disminuir el gasto en el financiamiento de dos cámaras, así se reduce el uso de platas públicas, sino que además se evitaría la excesiva burocracia política y lentitud en la tramitación de proyectos, sería una forma de darle una dinámica al Congreso acorde a estos tiempos en el que los ciudadanos requieren de respuestas concretas a la brevedad, cuestión que hoy no se está dando con esta celeridad.

La propuesta dice relación con mantener los criterios de representatividad en todas las regiones, a nivel de mujeres, pueblos originarios, población, etc. Será un espacio para el debate y la construcción de los mejores criterios de representación. Con un Parlamento Unicameral se establecerá más equilibrio en los poderes de Estado, entre el Presidencialismo y el Parlamentarismo, por eso digo hablemos en serio y enfrentemos los temas de fondo, no nos quedemos en el accesorio, como está siendo común por estos tiempos.