¿Tú te irías a vivir a una casa de la cual no tienes certeza que se va inundar? La respuesta es lógica: nadie lo haría, es por ello que entendiendo la urgencia de la apertura de Chaqueta Blanca, que busca terminar con la crisis ambiental que la basura y las quemas han causado y que han afectado a las personas que viven en el sector norte, no podemos en esta urgencia hacer la vista gorda de la responsabilidad que la empresa Santa Marta quiere eludir a costa de la seguridad en la operación y funcionamiento.

Chaqueta Blanca es un proyecto que materializa la empresa Santa Marta, que carga con la triste fama de incumplir la normativa, generando incluso desastres ambientales como el ocurrido en Talagante el 2016, siendo sancionado por el Tribunal Ambiental, que responsabilizó a la empresa por no cumplir con la  Resolución de Calificación Ambiental (RCA).

Esta empresa presentó un proyecto en Antofagasta que obtuvo la RCA,  sin embargo hoy no respetan su propio diseño. Entre las falencias técnicas que se observan están el no concretar un cierre perimetral, tampoco realizaron los ensayos comprometidos para un pretil de seguridad, que tiene como finalidad evitar inundaciones producto de lluvias y que de no cumplir con la calidad técnica provocaría un daño ambiental importante, es más, hoy buscan la forma de eludir los ensayos, y por si fuera poco no han terminado los canales de evacuación de aguas lluvia. Todos los atrasos de este proyecto son responsabilidad de la empresa y cuando la empresa a través de su principal lobista, Arturo Molina (ex intendente de la región) dice que Chaqueta Blanca está terminada, miente.

Este incordio generó una crisis política entre el municipio y el intendente que terminó con los equipos técnicos inmovilizados, por lo que desde el Consejo Regional (CORE) comenzamos un trabajo para mediar en esta disputa y destrabar el proyecto, en dicha instancia los equipos técnicos del municipio y gobierno regional coinciden en que el proyecto fue ejecutado sin respetar las bases licitadas.

Hoy tenemos ante la urgencia a autoridades que por sacar réditos políticos quieren cortar la cinta independiente del cumplimiento de la empresa, total de existir una crisis ambiental, como la de Talagante serán otras autoridades las que enfrenten el conflicto. ¿Quién se beneficia con esto? La empresa. ¿Quiénes no tenemos la certeza de si el relleno cumplirá en forma segura?: los vecinos.

Unos dicen que no es un problema técnico, sino que político, sin embargo no podemos supeditar la seguridad de una obra de la magnitud de Chaqueta Blanca a las consideraciones políticas que las autoridades de turno puedan tener, ya que en esto el remedio puede ser peor que la enfermedad.

La empresa Santa Marta debe hacer mejor su trabajo, invertir en la finalización del proyecto todos sus esfuerzos y gastar menos tiempo y dinero en lobistas, que lejos de ayudar en la solución han entrampado y engañado a la ciudadanía, no les basta con tener un negocio llamado Chaqueta Blanca que ha sido financiado en parte por el CORE, que les va a generar ganancias exorbitantes gracias a la basura, sino que además quieren ahorrarse trabajo y dinero en el camino, lo que se conoce en el mundo empresarial como “hacer la pasada”, eso es lo que no podemos permitir, y es por ello que debemos ser responsables al momento de exigirles el total cumplimiento  de la RCA y dejar de hacer la vista gorda ante la imperiosa necesidad de salir en la foto a cortar la cinta.