La Economía Colaborativa se sustenta en que personas acuerdan desarrollar conjuntamente “algo” con el propósito de reducir costos o incorporar nuevas miradas, haciendo sostenibles dichas acciones y potenciándolas. Considerado uno de los principales motores de crecimiento económico mundial y una alternativa real a patrones de consumo más tradicionales, se calcula que en la actualidad este modelo tiene un potencial de 110 mil millones de dólares. Y en ese marco, hay un formato de trabajo que aparece como paradigma de la Economía Colaborativa: el coworking, instancia que llegó a principios de este año a Antofagasta con apoyo de CORFO.
“La idea es compartir espacios de trabajo entre personas de áreas profesionales similares o no, pero que puedan complementarse, propiciando sinergias que puedan beneficiar proyectos individuales”, detalló Paz Osorio, directora de MATTAPRAT, galería de arte situada en pleno centro de la capital regional que en enero amplió su gestión y cobertura al formato coworking. En total, se han desarrollado más de 500 horas de clases, talleres, asesorías y otras actividades de potenciación del grupo de profesionales, emprendedores y estudiantes que acuden al cowork. “MATTAPRAT es un espacio para trabajar cómodo, céntrico, acogedor y con conectividad”, comentó Ignacio Cortés, uno de los usuarios.
“Acogemos industrias creativas, pero la intención es ir sumando igualmente empresas sociales y de base tecnológica”, adelantó Paz Osorio. Este proyecto surge como parte del NODO Industrias Creativas de Corfo Antofagasta, que ejecuta la Consultora Marchantes, y además cuenta con el patrocinio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. “Este NODO busca que los creativos de los sectores audiovisual, editorial y de la música, fortalezcan sus emprendimientos con innovación, trabajo colaborativo, redes de comercialización y asociatividad”, explicó la directora regional de Corfo, Marlene Sánchez.
En definitiva, “la idea es fomentar un entorno multidisciplinario que a través del fomento del pensamiento creativo, lateral y disruptivo pueda fortalecer el posicionamiento y consolidación de Antofagasta como una ciudad creativa, ofreciendo nuevas alternativas y matrices de desarrollo sustentable”, comentó la directora regional de Corfo. En lo específico respecto al coworking, “colaborar es la clave, articular redes de contacto y ofrecer otras perspectivas de solución, porque posibilita la alternativa de que quien esté trabajando a un par de metros, entregue respuestas que enriquezcan tus ideas”, expresó Paloma Maldonado, estudiante de diseño que ha tenido clases en MATTAPRAT.
Estaciones de trabajo, salas de reuniones y espacios de descanso, entre otros, constituyen el cowork, cuyo propósito es contribuir a mejorar la productividad, abaratar gastos y potenciar la creatividad de diseñadores, audiovisualistas, gestores de sellos editoriales y musicales, fotógrafos y periodistas, entre otros, que en número ya cercano a las cien personas han trabajado e intercambiado experiencias en MATTAPRAT, buscando dar sostenibilidad a sus proyectos y apostar por la mirada de “Antofagasta Ciudad Creativa”. “Hacía falta un espacio así en Antofagasta. Ojalá sea permanente porque es gran apoyo para los creadores”, expresó Paulette L´Huissier, otra de las usuarias.
