Antofagasta es una zona minera y de gran trabajo en el desierto, su posición cerca de ríos cordilleranos, privilegia la llegada de agua por esa vías a las ciudades y pueblos, sin embargo, la gran cantidad de arsénico, zinc, cadmio y cobre en el líquido, obliga a utilizar desalinizadora para ser consumida por el ser humano.

La región encabeza los índices de cáncer en Chile, en especial los que se refieren al pulmón y la vejiga, lo que se relaciona con las duras jornadas en las minas y el polvo de los minerales que rodean el Puerto situado dentro de la misma ciudad.

¿Las consecuencias?

Según un informe de la Universidad de Naciones Unidas los países que dependen de agua desalinizada producen más de la mitad de la salmuera que se arroja directamente al mar, incluso, para producir 1 litro de agua potable se genera otro de salmuera.

La investigación también aseguró que el 62,3% del agua desalada se utiliza para el consumo humano y lo restante para el uso de las industrias, pues se necesita para la producción mineral.

Círculo vicioso

El 40% de la población mundial sufre de escasez de agua y la región de Antofagasta se encuentra debajo del agujero de la capa de ozono, lo que incrementa el avance del Cambio Climático y la desertificación del país.

El rumbo del agua es prácticamente un círculo vicioso. El proceso para transformar en potable el agua contamina el mar, el cual también es utilizado para las faenas mineras, que de igual forma contamina el aire de la zona.

Todo tiene una sola consecuencia, la salud de los antofagastinos.