La solución para equilibrar la desigual cobertura de los medios, en ningún caso puede ser acallar voces. Por el contrario, debe ir por la vía de entregar las herramientas para que las otras voces, mayoritarias, que actualmente tienen poca o nula difusión en la prensa, puedan emitirse.
La polémica entre el municipio de Antofagasta y el canal VLP, que vio suspendidas sus transmisiones por algunos días y que ahora está realizando noticieros “desde la calle”, ha generado un fuerte debate en las redes sociales respecto a la libertad de expresión en la capital regional.
Luego que la edificación donde funcionaba la señal propiedad del candidato a alcalde Eslayne Portilla no recibiera la renovación de su patente municipal, comenzó una auténtica “guerra” entre la estación y el municipio, que se vio coronada con la emisión por parte del canal de una entrevista sin editar, donde la edil increpa al Periodista Alejandro Rodríguez al verse incómoda con algunas preguntas respecto a su gestión, situación por la cual debió disculparse mediante conferencia de prensa.
El hecho se transformó rápidamente en tema obligado en las redes sociales, donde la frase “¿Y a ti quién te paga?” que lanzó la edil al profesional de las comunicaciones, se transformó en un verdadero hit contra la censura y las entrevistas pauteadas por los auspiciadores.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que la frase de protesta a favor de la libre expresión y el periodismo independiente, se viera utilizada políticamente y con fines electorales, por sectores que históricamente han sido cómplices de la censura, tanto en el pasado como en el presente, al permitir que en el país la propiedad de la prensa se encuentre concentrada en pocas manos y sea evidentemente partidaria de un solo sector político.
En efecto, un estudio de la Universidad Diego Portales, Oemedios.com y News Executive Channel analizó los noticiarios centrales de TV en materia de evaluación de los políticos y pre-candidatos presidenciales, llegando a la conclusión de que el 92% de las apariciones del Presidente Piñera en la televisión se realizan en un contexto positivo para su posicionamiento.
Del mismo modo, la televisión chilena entrega mayor cobertura a los personeros y precandidatos del oficialismo en desmedro de la oposición, llegando a una diferencia abismante como es el caso de TVN, que entrega un 70% de los segundos destinados a este tema al oficialismo y solo un 30% a la oposición, incluyendo además únicamente a miembros de la concertación.
No obstante estas cifras, que muestran claramente como la Alianza se ve beneficiada por la cobertura de la prensa, luego de esta polémica es precisamente desde militantes de los partidos políticos del oficialismo donde se han enarbolado con mayor fervor las banderas de la “libre expresión”. Allí es donde radica lo más grave de este error comunicacional de Marcela Hernando.
Es totalmente válido que desde el municipio existan objeciones al conflicto de interés de Eslayne Portilla, por ser dueño de un canal de televisión y a la vez candidato a alcalde. Sin ir más lejos, el propio Presidente Piñera tuvo que deshacerse de sus acciones en Chilevisión por lo mismo.
Sin embargo, esa legítima crítica, no puede traducirse en trabas a la emisión de un canal que ha sido aporte para Antofagasta.
La solución para equilibrar la desigual cobertura de los medios, en ningún caso puede ser acallar voces. Por el contrario, debe ir por la vía de entregar las herramientas para que las otras voces, mayoritarias, que actualmente tienen poca o nula difusión en la prensa, puedan emitirse.
Perfectamente el municipio, en caso de no sentirse a gusto con la cobertura que entregan los medios de comunicación privados, podría trabajar en conjunto con otras instituciones -como universidades- generando las instancias y recursos necesarios para crear un canal de televisión abierta, pública y en donde puedan tener cabida las juntas de vecinos, sindicatos, estudiantes, la cultura, los representantes de cada una de las agrupaciones políticas en igualdad de condiciones y los proyectos municipales.
Del mismo modo, también puede considerar entregar apoyo al crecimiento de otros medios de comunicación locales en materia de avisaje y publicidad, en lugar de beneficiar constantemente con ella al diario impreso local que se encuentra alineado políticamente con el oficialismo o el que privilegia las notas discotequeras en lugar de los temas de interés para el país.
Un giro en este sentido, podría terminar con una polémica meramente electoralista, que no deja más que acusaciones y descalificaciones, para dar paso a avances concretos e históricos para Antofagasta en materia de libertad de prensa y el derecho de la ciudadanía a estar cabalmente informada.
