Durante la tarde del sábado 5 de junio y en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente la Fundación Bastián Alvial Huerta, para niños oncológicos, abrió sus puertas para que familias antofagastinas pudiesen conocer el proceso de reciclaje de las tapas de botellas donadas por la misma comunidad, para transformarlas en adornos y objetos que luego venden en actividades para reunir fondos para tratamientos y útiles necesarios.
La actividad comenzó a las 15:00 horas y recibió visitas con medidas sanitarias hasta las 18:00. En la que niños y adultos conocieron el proceso y resultado de sus donaciones y aprendieron sobre reciclaje y transformación de un objeto a otro. Además, contaban con música y stands de venta de juguetes para recaudación.
El recinto cuenta con un contenedor al exterior, disponible para que las personas puedan depositar sus tapitas cualquier día y a cualquier hora, las cuales serán posteriormente procesadas para convertirse en hermosas macetas, pocillos multiusos, posavasos, adornos, compoteras, entre otros.
Reciclar para ayudar
Según cuentan los voluntarios del área de reciclaje, las tapas pasan por “máquinas inclusivas”, como las llama el fundador, Gabriel Alvial, antes de convertirse en otros objetos. “Primero, nosotros después del lavado y secado, que se demora de 3 a 4 días, clasificamos por color y textura del plástico. Luego pasan a una máquina que las muele y se pasan a los envases que deben estar cerrados, para que no se contaminen. De ahí pasan a la máquina inyectora o al horno”, explicó el voluntario Claudio Altamirano, agregando que una vez secados en el molde, se corta el restante y se juntan nuevamente para ser reciclados y no desperdiciar el material, ya que se puede “reciclar infinitas veces”.
Además, la voluntaria Katherine Araya, recalcó la importancia de la “economía circular,” para la recaudación de fondos de la Fundación. “Tú tienes el producto, lo reciclas, se comercializa y puede volver a ser reciclado otra vez, entonces ahí se hace el trabajo completo también”, sumando la invitación a que, las personas que van durante la semana a donar sus tapitas, pueden pasar a su interior a conocer y aprender sobre esta técnica de upcycling, respetando aforos y aplicando alcohol gel antes de ingresar.
En esa misma línea, Gabriel Alvial destacó que el mismo taller en que se realiza la transformación de las tapas, está hecho a base de reciclaje. Mesas hechas de lo que fue una puerta, los clasificadores son “canastos que han recogido en la calle” y el trabajo manual que hacen ambos voluntarios encargados del taller, debido a que el retiro de goma interna de las tapas lo hacen manualmente una a una, actividad que la comunidad ha manifestado querer ser partícipe y apoyar en el desarrollo previo, como lavado y clasificación, pero no es posible por el riesgo de contagios por Covid-19.
Recaudación de fondos en Pandemia
“A nosotros nos pesa la pandemia. Igual pensamos poner los stand afuera, las mesas y todo el proceso con instrumentos de seguridad, guantes. Pero hemos quedado ahí, por ejemplo ahora estamos en fase 3 (Preparación) pero empezaron a subir los casos de nuevo (…) Para nosotros era genial poder armar juegos inflables y los chicos venían. La idea siempre fue la educación hacia las escuelas, el taller se formó para eso”, puntualizó Alvial.
Si bien el contexto sanitario en el que vivimos no permite aglomeraciones, ni tampoco quieren exponer a los niños a contagios, las actividades presenciales en masas pueden esperar, pero la invitación sigue abierta a juntar en sus casas tapitas de botellas, depositarlas en el contenedor ubicado en Nicolás Tirado 151 y, si lo desean, ingresar al taller de reciclaje para conocer qué se realiza con tus tapitas donadas.
