El alcalde de Antofagasta, Jonathan Velásquez, generó polémica nuevamente al calificar de “despreciable gente” a los manifestantes que se congregaron en una protesta exigiendo su renuncia. La manifestación, que incluyó a cientos de personas además de familiares y seres queridos de la fallecida profesora Katherine Yoma, exigía responsabilidad al edil por su papel como empleador directo de la docente, quien se quitó la vida tras denunciar acoso y agresiones laborales, sin ser escuchada.
El evento denominado “chao verano”, organizado por Velásquez y que contaba con la presencia del grupo trasandino “Garras de amor”, resultó en un fracaso, ya que muy pocas personas acudieron a la convocatoria del alcalde. Mientras tanto, cientos de manifestantes llegaron para expresar su repudio al jefe comunal y exigir su renuncia.
En un video publicado horas después, Velásquez arremetió contra los manifestantes, acusándolos de ser “manejados por partidos políticos” y de haber arruinado un evento. Además descalificó a las personas que asistieron como “despreciable gente manejada por partidos políticos, que fueron a difundir el miedo y el terror“.
El edil afirmó que el evento se suspendió debido a que los manifestantes habrían lanzado objetos al escenario, mostrando un video que supuestamente respaldaba su versión, en el cual se ve a un individuo lanzando una botella plástica.
Sin embargo, la versión del alcalde fue inmediatamente desmentida por testigos. Según los testimonios, el individuo que lanzó la botella al escenario era uno de los pocos partidarios del alcalde presentes en el lugar, quien además se encontraba bajo la influencia de las drogas y buscando causar conflicto. Las imágenes mostraron que efectivamente este individuo estaba dentro de una zona enrejada o VIP, privilegio reservado para los pocos simpatizantes políticos del alcalde que asistieron al evento.
Las reacciones de Velásquez, reiteradas polémicas y violencia verbal, especialmente contra mujeres, generan una creciente indignación entre los manifestantes y la comunidad en general, quienes consideraron sus comentarios como una falta de respeto hacia quienes buscan justicia para la profesora fallecida y una manipulación de los hechos para desacreditar las legítimas demandas de la comunidad.
