Desde este domingo 13 de febrero, comenzó a regir La Ley 21.368, la cual regula, entre otros puntos, que los locales que vendan comidas preparadas, puedan entregar plásticos de un solo uso siempre y cuando mantengan una certificación otorgada por el Ministerio del Medio Ambiente.
Ésta se suma a la prohibición de entrega de bolsas plásticas y la Ley re Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Sin embargo, aseguran que el funcionamiento de esta nueva ley de plásticos de un solo uso depende en gran parte del compromiso de los mismos consumidores. “Por eso tenemos que hablar de una preparación social junto con la de la industria”, comentó la Gerenta General de la Asociación Gremial de Industriales del Plástico (Asipla), Magdalena Balcells.
Es así que las bombillas, revolvedores, cubiertos, vasos, platos, botellas y todos los plásticos denominados de un solo uso y otros de plumavit, comenzarán a desaparecer del mercado chileno. Una noticia positiva para el medio ambiente, pero negativa para la industria gastronómica, por lo que “creemos que se debiese haber buscado una fórmula donde la normativa tenga efecto, pero quizás haber partido en otros sectores”, criticó el Presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), Máximo Picallo.
