Señor Director:
A casi 90 días de la declaración de Estado de Catástrofe en Chile tras la pandemia del Coronavirus, vemos como muchos se llenan la boca y exigen quedarse en la casa a otros ciudadanos.
Ellos, los que se encuentran en el Olimpo de la moralidad, le reprochan a los trabajadores que se ven obligados a salir a la calle a ganarse el sustento diario.
Aquellos que piensan que tienen una conducta intachable por usar una mascarilla, que dudosamente es “lavable”, salen a contaminarse cuando manosean los productos del supermercado y toman números de atención en la farmacia.
Los privilegiados que tienen su vehículo propio, derraman odiosidad contra los que no tienen otra opción que utilizar la locomoción pública o una bicicleta para trasladarse a su lugares de trabajo.
La petición de quedarse en casa para “salvar vidas” es una condena de muerte para la gente pobre, que no puede hacerlo y que debe salir a exponerse para que los que tienen ese privilegio de quedarse acostados puedan pedir Delivery y comer tranquilitos. Un obrero antofagastino como tú, aunque no lo quieras ver.
L.D.G.
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