Señor Director:
Chile no se merece a un presidente incapaz de asegurar una sana convivencia democrática.
El malestar social se viene acumulando y expresando hace mucho tiempo, en contra de las AFP’s, el lucro en la educación y salud pública, las colusiones, los políticos corruptos, los robos millonarios de Carabineros y las FFAA, la evasión de impuestos en paraísos fiscales, las zonas de sacrificio por crisis medioambientales, o los mapuches y dirigentes sociales muertos a manos del Estado. Y frente a cada cosa, la respuesta siempre es la misma: Represión.
Sebastián Piñera, al decretar estado de emergencia, está restringiendo derechos constitucionales enviando militares a las calles, cuestión que no se veía desde la misma dictadura cívico-militar. Con esta medida le muestra a todo el país su ineptitud para estar a la cabeza de un Estado democrático.
Si no es capaz de sentir y tomar como prioridad el grito desesperado de la mayoría de chilenos y chilenas ahogados por este sistema, simplemente debe renunciar.
Pablo Herrera Monardes
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