Todos los años nos conmovemos con la Teletón, y las historias que acompañan esta cruzada para recaudar dinero; durante 27 horas miramos a las personas “con capacidades diferentes” como nuestros iguales, como unos luchadores. Pero qué pasa el resto del año?, que oportunidades les damos para que se integren a una sociedad cada vez más desigual; son nulas o muy pocas las oportunidades que TODOS nosotros les brindamos, basta con ocupar sus espacios de estacionamientos, algo tan básico que no somos capaces de respetar, y cuando encaramos a estos verdaderos mandriles del volante, sus respuestas son tan variadas desde como: “si solo lo ocupe unos minutos”; o la clásica : “y que te metí vo, si no te veo en silla de ruedas”.
Realmente en la región estamos a años luz de lograr una real integración, los colegios con una real integración real son escasos, no basta con terminar dándoles herramientas técnicas para un desarrollo laboral, debemos apuntar a que sigan sus estudios superiores, pues tienen el mismo derecho de intentarlo, como el resto de jóvenes que entran a la educación superior, como lo han hecho en países de España, Argentina, etc, debemos ofrecerles trabajos dignos a sus capacidades, y no lo que sobra en el mercado, con reales contratos de trabajo y sueldos igualitarios a los demás.
En Antofagasta estamos lejos de llegar a ser una sociedad integradora, la locomoción colectiva no cuenta con subidas para sillas de ruedas, algo básico para el desplazamiento de todos los ciudadanos; algunos colectivos no son capaces de detenerse por el solo “cacho” de subir a alguien en esas condiciones; nuestras aceras son un peligro constante para las personas, pero para la gente con discapacidad son verdaderos campos minados, el hacerle el quite a los “hoyos”, baldosas sueltas, etc.
El año pasado nuestra alcaldesa con bombos y platillos (no faltaba más) inaugura los juegos en el Parque Brasil para que niños discapacitados puedan usarlos, pero no fueron capaces de crear conciencia en los padres de Antofagasta, hace poco lleve a mi hija, la cual usa silla de ruedas, y lamentablemente no pudimos usar ningún juego, todos eran usados por niños y sus padres, los cuales no tuvieron la delicadeza de explicarles que la prioridad de esos juegos no es para ellos; como parto comentando, nuestra sociedad es desigual, pero muchas veces la falta de conciencia parte por “casa”.
Debemos crear políticas de real inclusión, en todo aspecto, no sólo parches para sacarse la foto del momento y tratar de demostrar que se hace algo, estamos al debe con más de 2 millones de personas (Según informe del INE) , cerca del 13% de los chilenos tienen algún grado de discapacidad en nuestro país, el Senadis, oficinas comunales; no son un aporte real para estas tareas, debemos exigir que se respeten sus derechos, los cuales están implícitos a nivel mundial en Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, y de los cuales como estado se han hecho participe; se debe crear una política a mediano plazo y encaminarla a tener a personas con capacidades diferentes realmente integradas a nuestra sociedad, respetándolos en todos sus derechos.
