Las urnas se pronunciaron este sábado y domingo 16 y 17 de mayo eligiendo como nuevo alcalde de Antofagasta al independiente Jonathan Velásquez, quien durante los próximos cuatro años será la máxima autoridad comunal.

Se pone fin de esta forma a un periodo marcado por destituciones y designaciones de alcaldes designados o suplentes, luego de la destitución de Karen Rojo por ser considerada culpable del delito de fraude al fisco. Luego de meses con cambios de alcalde, se dará inicio a un ciclo encabezado por un alcalde electo democráticamente mediante votación popular.

El triunfo de Jonathan Velásquez resulta positivo en ese sentido. El municipio local necesitaba volver a estar encabezado por un liderazgo electo mediante una elección democrática. Un liderazgo que en este caso se fundamentó principalmente en un fuerte respaldo de las redes sociales. Es allí donde el alcalde electo da una profunda lección a quienes optaron por los costosos insertos en diarios de formato papel o apariciones en paneles de televisión, sin resultados concretos. Una de las lecciones de esta megaelección es que tal como los partidos tradicionales se encuentran en crisis y fueron derrotados ampliamente por los independientes y los nuevos conglomerados, los medios de comunicación tradicionales también fueron interpretados por la ciudadanía como extensiones de los enclaves de poder que muchas veces no otorgaron cabida a los nuevos líderes sociales y por lo tanto la comunidad otorga mayor credibilidad a los medios independientes y las redes sociales.

Jonathan Velásquez deberá asumir el mando de un municipio que se ve afectado y seguirá viéndose afectado por la falta de legitimidad y crítica a las instituciones, por lo cual tiene el desafío de gobernar con transversalidad. Pero no hablamos de la transversalidad política clásica, sino de una “nueva transversalidadque no debe entenderse como las antiguas conversaciones con los representantes de partidos del duopolio político entre cuatro paredes, sino que la inclusión de los nuevos conglomerados políticos independientes y nacidos desde los movimientos sociales que ganaron ampliamente las elecciones. Se requiere diálogo y trabajo junto a los constituyentes y el concejo municipal, donde los conglomerados Chile Vamos y ex concertación están fuera de juego. Se debe incorporar realmente a los ciudadanos comunes y corrientes en la toma de decisiones, además de mantener alejadas las presiones de la política tradicional.

Lo hemos mencionado antes en este diario. El municipio no debe ser un botín de guerra ni un trofeo para un sector político u otro. Tampoco un trofeo personal ni la oportunidad de cobrar revanchas o pagar favores. Para lograr una gestión estable y exitosa se debe responder al mandato de los vecinos atendiendo los desafíos de la ciudad y desarrollar un proyecto pensando en el largo plazo, con seriedad, participación colectiva y diálogo con los nuevos referentes ciudadanos que han desplazado a los políticos tradicionales. Un proyecto que cometa el error de no valorar lo colectivo y se centre en lo personal, no pasará del entusiasmo pasajero y sucumbirá tarde o temprano al clamor de las mayorías que se han movilizado en las calles y también en las urnas.

La ciudadanía puso en la persona de Jonathan Velásquez la esperanza de un gobierno comunal que haga suyas las reivindicaciones sociales de una comunidad muchas veces postergada por las instituciones, con altas cifras de desempleo, desigualdad social, falta de viviendas y oportunidades. Una comunidad invisibilizada por los políticos tradicionales. Es a esa comunidad a quien deberán responder las nuevas autoridades electas y no a partidos políticos o grupos de interés, si no quieren caer en la misma guillotina de los partidos políticos. Se trata de un planteamiento que forma parte de las propuestas del alcalde electo en su rol crítico de los partidos políticos y que la comunidad le exigirá cumplir.

Hay muchas demandas pendientes de los ciudadanos de Antofagasta que hoy con esperanza esperan que las propuestas se conviertan en hechos concretos y tangibles. Salud, educación, pensiones, mejores espacios públicos, áreas verdes, limpieza, probidad, fin de los “pitutos”, valoración de quienes trabajan con mérito y de forma profesional por la ciudad, sin cálculos políticos o electorales.

Las demandas y necesidades que sostienen la amplia mayoría de los vecinos de Antofagasta en materia de salud, educación, pensiones, alto costo de vida nueva constitución, equidad, mejores barrios, mejor democracia y más comunidad, son claras y merecen respuestas o la inestabilidad volverá a ser parte de la política municipal local. El trabajo en equipo con los nuevos líderes sociales e independientes de Antofagasta, es clave para la gestión que la ciudad espera de su nueva autoridad comunal. Un alcalde a quien debemos respaldar, apoyar y respetar, porque su éxito es el éxito de la ciudad, como también debemos fiscalizar para el efectivo cumplimiento de las promesas de campaña y que la gestión sea transparente, proba y justa. Muchas felicitaciones Alcalde, esperamos que “La Perla Brille“.