Un mastil vacío, sin la bandera del bicentenario flameando en el Barrio Histórico, fue la imagen que lució Antofagasta durante la conmemoración de las fiestas patrias durante este año 2021.
El Monumento Público de 18 metros de ancho por 12 de alto que tradicionalmente se ubicaba en un mastil de 42,5 metros de altura, ubicado junto la obra escultórica “Hilo de Agua” no flameó por primera vez en varios años.
Desde su instalación el año 2014 el símbolo patrio cuyo costo fue de $460 millones de pesos se ha visto desgastado por su peso y efectos del viento y el sol, debiendo ser sometido a algunas reparaciones, por lo cual ha debido ser retirada.
No obstante, no existen explicaciones concretas del por qué ninguna autoridad municipal ni gubernamental asumió durante el presente año la labor de gestionar las reparaciones que correspondieran a la estructura, la tela o el motor que permite alzarla.
El Alcalde de Antofagasta, Jonathan Velásquez, se lavó las manos respecto al tema y responsabilizó al Ejército, indicando mediante su cuenta de Facebook, que para criticar su gestión “hay que estar bien informado” y que “el 2019 el Municipio colaboró en izar una bandera deteriorada y con problemas mecánicos en su sistema, que está a cargo y mantención del Ejército“.
Asimismo, añadió que “encantado puedo colaborar a que nuestra bandera vuelva a flamear al viento“, aunque no indicó por qué este ofrecimiento lo hace después de Fiestas Patrias y solo porque fue denunciado por la prensa, en lugar de anticiparse, planificar, asumir responsabilidades y gestionar antes de producirse los acontecimientos.
El hecho ha causado diferentes reacciones entre los antofagastinos que se han expresado mediante las redes sociales, donde los usuarios destacan que considerando el alto costo que tuvo el monumento, lo mínimo esperable era que se instalara, por lo cual se cuestiona que no existiera voluntad, capacidad o coordinación previa entre las instituciones para gestionar la reparación.
Asimismo algunos de los usuarios en redes sociales lamentan la falta de patriotismo que se evidencia en la nula planificación para restaurar la bandera considerando la cercanía de las fiestas patrias y que solamente exista un deslinde de responsabilidades, mientras que otras personas defienden a las autoridades responsables señalando que la instalación de la bandera es solamente un detalle.
Independiente de las reacciones que pueda causar este hecho, lo claro es que coordinación y gestión no hubo durante el presente año y finalmente la bandera del bicentenario brilló por su ausencia.
