La creciente preocupación por la expansión del crimen organizado en Chile tomó un nuevo giro en los últimos días, luego que el Fiscal Regional de Antofagasta, Juan Castro Bekios, advirtiera sobre la posible irrupción del Primer Comando Capital (PCC) en nuestro país, especialmente a través del futuro Corredor Bioceánico Trópico de Capricornio.
La alerta fue emitida durante una jornada de trabajo organizada por la Fiscalía Nacional, que reunió a fiscales especializados, policías y agencias internacionales para analizar tendencias globales en el tráfico de drogas. En este espacio, el persecutor puso énfasis en que Chile podría convertirse en un nuevo objetivo para organizaciones criminales extranjeras que buscan rutas y mercados más accesibles para sus operaciones ilícitas.
¿Qué es el Primer Comando Capital?
Fundado en 1993 dentro de las cárceles de São Paulo, el Primer Comando Capital es hoy considerada la organización criminal más poderosa de Brasil y una de las más peligrosas de América Latina. De acuerdo a informes internacionales, opera en al menos 26 países, incluyendo Bolivia, Paraguay, Colombia, México y varios puntos de Europa.
Su estructura combina el narcotráfico con actividades de lavado de activos, contrabando, corrupción de autoridades, sicariato y control territorial, todo mediante una red jerárquica y violenta.
Uno de sus principales puntos de influencia es la Triple Frontera entre Brasil, Paraguay y Argentina, donde ha consolidado vínculos con otras mafias y ha generado economías ilícitas de gran escala.
Una amenaza con ruta hacia el norte de Chile
El fiscal Castro Bekios planteó que el Corredor Bioceánico, que conectará puertos del norte chileno como Antofagasta y Mejillones con los mercados de Brasil, Paraguay y Argentina, podría ser aprovechado por el PCC para establecer rutas de tráfico hacia Asia y Oceanía.
“Lo que nos tiene que preocupar es el PCC, porque le vamos a dar un tremendo acceso a través del corredor bioceánico, sobre todo por la influencia que tiene en la Triple Frontera y los fenómenos que ahí se dan: contrabando, lavado de activos, comercialización de drogas, corrupción, crimen organizado, etc.”, afirmó el fiscal durante su exposición.
A ello se suma el tráfico marítimo, que según cifras citadas en el mismo encuentro, es el medio por el cual entre el 75% y 90% del clorhidrato de cocaína circula en el mundo, y cuya vigilancia en costas chilenas aún enfrenta limitaciones estructurales.
¿Está Chile preparado?
En los últimos años, Chile ha sido testigo de un aumento en delitos asociados al narcotráfico, incluyendo laboratorios clandestinos, internación de precursores químicos, uso de puertos para exportación de drogas y crecimiento de bandas organizadas con armamento de guerra.
Aunque la presencia formal del PCC no ha sido detectada en Chile, los especialistas advierten que su expansión es metódica y silenciosa, mediante alianzas con organizaciones locales, uso de fachada empresarial y penetración institucional.
El desafío, según los expertos, es anticiparse antes de que sea tarde, fortaleciendo el trabajo conjunto entre fiscalías, policías, Aduanas y cooperación internacional.