China, Noruega y Rusia son los países que atrasarían la discusión del acuerdo para la protección de la Antártica, la cual, hubiese sido el santuario más grande del mundo. Zona que duplicaría la superficie de Chile con 1.8 millones de kilómetros cuadrados y en donde se encuentra la mayor parte de fauna marina en peligro de extinción a nivel mundial.

La desprotección de la zona propuesta como santuario implicaría que cualquier industria extractiva (como la pesquera, la petrolera y la minera), pueda saquear el hogar de las especies marinas de la región, así como dejar sin alimento a los pingüinos, ballenas y focas, los cuales ya están expuestos a los efectos del cambio climático.

Sin embargo, las intenciones de Argentina y Chile se destacaron por lo positivo, la Coordinadora de la Campaña por la Protección de la Antártica en Greenpeace Andino acotó que Chile y Argentina presentaron una propuesta sólida para crear un área marina protegida en la península Antártica. “Ambas delegaciones han sido un ejemplo y su trabajo refleja sus intenciones de conservar y resguardar la fauna de la Antártica”.

Para la organización ambientalista, un paso positivo hacia la protección de los océanos fue la aprobación de la protección de los pequeños ecosistemas marinos vulnerables identificados por Greenpeace en su última expedición a la Antártica, quienes, a partir de sus investigaciones llegaron a la conclusión que para proteger la vida silvestre, se debe garantizar la seguridad alimentaria de miles de millones de especias y ayudar a combatir el cambio climático. “Para el año 2030 al menos el 30% de los océanos deben estar protegidos, entre estos el Océano Antártico”.

“Este año la Comisión le dio la espalda a la creación de un Santuario Antártico. Sin embargo, la voz de las casi tres millones de personas que piden por la protección de la Antártica no va a callarse, y seguiremos defendiendo sin descanso al Continente Blanco, su biodiversidad y a todos los océanos del mundo”, acotó Estefanía González.

En septiembre, los gobiernos de la ONU iniciaron negociaciones hacia un Tratado Global del Océano que abarcaría todos los océanos más allá de las fronteras nacionales. Las negociaciones son el resultado de un proceso de una década y podrían concluir en 2020. Este tratado podría proporcionar el marco para la creación de una red de santuarios, llegando al porcentaje esperado.