El Centro de Investigación de Fauna Marina y Avistamiento de Cetáceos (CIFAMAC), tras una investigación de cinco años, creó un plan para generar una ruta marina que evite la colisión entre ballenas y embarcaciones en la zona costera de Mejillones, acción podría ser la primera en Chile.
En 2014 llegó a Mejillones Ana García, actual científica de CIFAMAC, quién después de años de investigación sobre las ballenas en la bahía, descubrió y predijo que los cetáceos estaban en riego de colisionar con los buques que navegan en el área. Dos años después, en 2020, esta teoría fue comprobada, encontrándose en octubre de ese año la primera ballena muerta a las orillas del mar, situación inesperada para todos los locatarios de la comuna que han presenciado el aumento de esta cifra hasta la fecha.
Algunos científicos, según sus investigaciones, informaron que el problema de colisión entre barcos y ballenas es muy grave, ya que esta es una de las causas de muerte más frecuente a nivel mundial, considerando que los humanos sólo pueden registrar un 10% de los decesos, debido a que la mayoría pasan desapercibidos porque sus cuerpos se pierden en el mar.
Dicho esto, el peligro es aún mayor en Mejillones, zona que posee nueve terminales portuarios que operan en la bahía, lo que significa más embarques sobre el mar, por ende, una mayor posibilidad de causar un choque entre ellos y los cetáceos.
BUSCANDO UNA SOLUCIÓN
Debido a esto, el equipo del Centro de Investigación de Fauna Marina y Avistamiento de Cetáceos, fue el encargado de presentar este plan a las autoridades para controlar el tráfico marítimo en la zona y además poder regular la velocidad con la que estos trabajan, según consignó radio FM Plus.
Por su parte, Ana García, explicó para el medio que “una de las principales amenazas que sufren las ballenas hoy en día, a nivel mundial, es la muerte por colisión. Tenemos que recordar que las ballenas también sufrieron en siglos pasados una amenaza indiscriminada, que llevaron a muchas de las especies al borde de la extinción”.
A su vez, indicó que algunas especies se han recuperado; como la ballena jorobada, la cual es una de las tres especies que hay en la bahía de Mejillones, no obstante, otras como la ballena azul, no se han podido reponer.
Por otro lado, también en conversación con la radio, el seremi de Medio Ambiente, Gonzalo Bravo, señaló que “hemos generado una subcomisión de ingreso y salida de embarcaciones en la bahía, esto con el propósito de poder generar un código voluntario que permita que las embarcaciones tengan un control respecto a sus velocidades y a canales de ingreso y salida de sus mismas embarcaciones para la protección de los cetáceos en la bahía“.
Si bien, este plan por el momento es voluntario, las autoridades de Mejillones y el equipo de esta mesa de trabajo, llaman a que estas indicaciones puedan aplicarse efectivamente en la región y así también en otras zonas costeras del país. Asimismo, según lo explicado por Ana García, esto no se puede replicar en otros lugares sin antes realizar una investigación científica exhaustiva sobre las especies marítimas y la cantidad de ellas en las distintas zonas costeras del país.
En el caso de Mejillones, la ONG investigó la situación de la bahía durante cinco años, donde pudieron recopilar la información necesaria para poder definir la distribución de ballenas en la costa y así poder crear el plan que finalmente comenzaría su curso, el cual salvaría a muchas vidas marinas que son un sello característico de la comuna.
